El presidente del cuadro hispano advirtió que los hinchas de la U que hayan comprado tickets para localidades de los forofos de Unión Española en el Estadio Santa Laura deben asumir que "no podrán entrar a una zona que no está asignada". La venta de entradas terminó con disturbios y con la acción de Carabineros.
Menos de tres horas bastaron para que Unión Española vendiera las 15 mil entradas que dispuso para la segunda final del Torneo de Apertura, el próximo martes ante Universidad de Chile. En las dos sedes -el Estadio Santa Laura y el edificio de la Universidad SEK en calle Bellavista-, el expendio se convirtió en una vorágine que terminó con vidrios rotos, reclamos múltiples y desalojos accionados por Carabineros.
El desmadre fue supremo. "Hemos organizado un partido normal, que pensamos que es para gente normal… No podemos considerar gente que no sea normal, que se comporta como salvajes. Paramos la venta, vamos a ver la organización de las localidades porque no nos interesa el dinero", dijo molestísimo el presidente del cuadro hispano, Jorge Segovia.
"Nos disculpamos ante nuestra comunidad universitaria por la situación de desorden creada, provocada por un grupo de "hinchas" de la U y varios revendedores infiltrados en dicho grupo", manifestó el rector de la SEK, Gonzalo Febrer Pacho.
Pero se venía un desaguisado más. Aunque Unión sólo dispuso cinco mil entradas para los fanáticos azules, la venta fue ampliamente superior. "No podemos saber quién es de la U y quién de Unión", se excusó el mismo Segovia, que en medio de su molestia amenazó con "devolver el dinero y jugar sin público".
Por la tarde, la calma dio paso a una estrictísima medida. "Aquellos que compraron entradas en el sector que no corresponde, Unión en el lado sur y la U en el norte, no le vamos a dejar entrar derechamente, aunque tenga la entrada", avisó el mismo Segovia en radio Cooperativa.
Es decir, la gente de la U -que vista sus colores y porte elementos identificatorios con el cuadro azul- sólo podrá hacer ingreso, por calle Guanaco, hasta que ocupe los tres mil lugares en la galería sur de Santa Laura y dos mil en el sector Andes.
"Se va a dar plazo hasta el sábado para que aquel que compró entradas y quiera devolverla, se le restituya el dinero. O que asuma que no podrá entrar a una zona que no está asignada", completó el mismo Segovia.
Unión redujo en casi dos mil localidades el aforo del recinto y avisó que el personal de seguridad será instruido para retirar a los hinchas azules del sector asignado a la parcialidad de Unión, al que se accede por calle Julio Martínez.
"En la U se tendrán que arreglar con las entradas que se les entregaron, porque el estadio no da para más. Es como si yo fuera al Teatro Municipal a ver una obra y no tuviera entradas porque se agotaron, no puedo ir, no más", opinó el técnico de Unión, Luis Hernán Carvallo.
Sin embargo, las restricciones no hicieron más que alimentar el mercado negro. En internet, la reventa se activó pocas horas después de que cerraron las boleterías hispanas, con un 150 por ciento de recargo: las entradas de galería, que costaban seis mil pesos, se cotizan desde15 mil en los sitios mercadolibre y deremate . Ese pedazo de papel con un número y la imagen del histórico delantero hispano Atilio Cremaschi cobrará un valor inusitado.
"En caso de que se detectara la irrupción de hinchada visitante en sectores
destinados a simpatizantes de U. Española el día del partido, o viceversa,
éstos serán desalojados de forma inmediata".
COMUNICADO U. ESPAÑOLA
En la U hay mucha preocupación
Los llamados entre Federico Valdés y Jorge Segovia se han multiplicado en los últimos días.
En la U hicieron algún tipo de esfuerzo para que la vuelta se jugara en el Estadio Nacional, fundamentalmente porque quieren evitar a toda costa que haya incidentes en Independencia el próximo martes.
El tema es muy sensible en Azul Azul. Tras el cierre que afectará al coloso de Ñuñoa (por las reparaciones a que será sometido por el Gobierno y que pretenden convertirlo en un recinto de lujo y techado completamente, como legado de la gestión de la Presidenta Michelle Bachelet), la U no tiene muchas opciones para ejercer su localía.
Ante las negativas de la UC, Colo Colo y Audax de cederles sus estadios, a los azules sólo les queda la alternativa de Santa Laura -si es que no quieren moverse de Santiago- para el Clausura (ya que es impracticable pensar en La Cisterna, donde Palestino es el anfitrión, o en La Pintana, donde habitualmente juega Santiago Morning).
Ya hay camino avanzado, pues los hispanos aceptarán a los laicos en seis o siete partidos, salvo cuando se tengan que topar con Universidad Católica.
Pues bien. En la U temen que si hay incidentes en la final, la Intendencia Metropolitana y la Municipalidad de Independencia les cierren la puerta en ese estadio.
Por eso, más que por razones deportivas, trataron de revertir la decisión de Unión de recibirlos en Santa Laura. No pudieron. Y están buscando frenéticamente alternativas para bajar la presión de sus exaltados hinchas.
¿Solución? Ya se maneja la opción de buscar un lugar donde instalar pantallas gigantes para que los forofos de la U vean el partido en directo.
También se tomarán medidas para resguardar la seguridad de sus dirigentes el martes, empezando por el timonel de Azul Azul, Federico Valdés.
La U ya ha vendido 25 mil entradas para el duelo del sábado, con una recaudación momentánea de cerca de 150 millones de pesos. Pretenden duplicar esa cifra en las próximas horas, pues están autorizados a vender 50 mil boletos.
25 mil Las entradas que ya ha vendido la U para el duelo de ida del próximo sábado. La idea es llenar el recinto y recaudar $300 millones.