2011: el año en que el León rugió más fuerte que nunca

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Foto: Patricio González

Foto: Patricio González

Todavía se puede percibir en el aire el sabor a triunfo que la Universidad de Chile nos dejó este año. En las Calles, barres, locales comerciales, Twitter, Facebook, etc, la campaña de la Gloriosa es tema obligado. Es que fue un año redondo. Se rompieron  records, “Gokú” se tatúo de por vida en el corazón de los hinchas azules, somos reconocidos en América y en Europa… en fin podríamos escribir un libro de mil páginas, por lo bajo, y aún así nos faltaría tiempo y páginas para resumir el mejor año en la historia del club.


Escrito por: Claudio Cortés

Por esta razón el Rincón del Bulla tiene preparado para todos los bullangueros de corazón, un resumen con lo más destacado de este histórico año. A continuación te dejamos con el resumen del primer semestre

Llegada de Sampaoli

El 15 de diciembre de 2010 firmaba en el Romántico Viajero Jorge Sampaoli, tras  un año demasiado irregular. El primer semestre llegamos a semifinales de la Copa Libertdores, pero el segundo sencillamente fue para el olvido.

En un principio no había muchas expectativas con la llegada del “seguidor de Bielsa”. Sólo se tenían antecedentes que había dirigido en Argentina, de forma amateur, Perú, Ecuador y en Chile a O’Higgins. Donde dejó una buena impresión por la forma en que jugaba el equipo de la sexta región. Por esa tiempo Azul Azul ya lo había contactado, sin embargo el casidelnse descartó  la oferta por tener contrato vigente con el Capo de Provincia.

Desde un principio golpeó la mesa. Rafael Olarra y Manuel Iturra, ambos estandartes del Bulla, remecieron el camarín con su salida. El primero por que no estaba en los planes del estratego y el segundo, según el propio Colocho, para “cambiar de aire”.

Si bien se iban dos referentes, volvía a casa Jhonny Herrera. Con este panorama Diego Rivarola, Super Boy y José Rojas fueron los líderes de esta nueva U, en donde Pepe sería el flamante capitán.

Un caluroso 30 de enero el Equipo Mágico llegó hasta la cuarta región para enfrentarse a  Deportes La Serena. Si bien fue un empate  1 – 1 ya se veía como sería el equipo laico de la mano de Sampaoli. Atacar con seis, defender con ocho, asfixiar al rival cuando se tenga el balón, triangulación permanente, entre otras características.

Lamentablemente en la  5° y 7° fechas  del apertura se perdió con Santiago Morning y Unión San Felipe.  Los equipos dirigidos, en ese tiempo,  por Fernando Díaz y Nelson Cossio, respectivamente, lograron lo que más le duele a los azules. Arrebatarles la pelota.

Las críticas al sistema de Sampaoli y el fantasma de la poca experiencia volvían a recorrer las cabezas y el alma de los seguidores del León.

Partido Visagra

Pasaron siete fechas de la última derrota y en el horizonte estaba el Súper Clásico. Este sería el partido del campeonato. Aquí se vería cuanto pesaba el rosarino como entrenador.

Por su parte a contra venía como en los últimos años. Un equipo mediocre, resaltando sus triunfos pasados, con Paredes dependencia, un entrenador que práctica un futbol ratón obsoleto, etc. Nada nuevo. Era la oportunidad perfecta para ganar después de cuatro años al archirrival.

Fue un partido tenso, con llegadas de ambos equipos, pero con poco fútbol de parte de los dos.

A los 66’ Exequiel Mirralles habría el marcador para Colo Colo. Golpe duro para el León. Como si fuera poco  el argentino salió celebrando hacía el codo sur  con la mano sobre su frente en forma de “L” haciendo claramente un gesto no verbal de “Losers”, en español, perdedores.

Con el  marcador a favor la contra pensó que todo estaba escrito y fiel a sus convicciones futbolísticas, Américo Rubén Gallegos dio las instrucciones para que el equipo se refugiara en su ratonera.

El León atacaba peros sin mucha claridad. Un penal en el minuto 85’ de Pavez a Charlez Mariano Aránguiz cambiaría la historia. Gustavo Canales, quien había ingresado en el segundo tiempo, con una frialdad digna de un crack, transformó la falta en gol.

Todavía los bullangueros no terminaban de comentar el tanto cuando Eduardo Vargas le gana a su marcador y empieza a correr por la banda derecha. Mientras corría, sentía los gritos incesantes del último ídolo azul. Ese que siempre nos dio  alegrías por montones y que siempre recordaremos. Diego Gabriel Rivarola Popón.

Gokú también había entrado en el complemento para cambiar la cara al partido. Su sola presencia ya hacía temblar a los blancos. Y cómo no si los tiene de caseros. 

A los 89’ arremetió como el sabe solamente. Con autoridad y sabiendo que los del frente no le hacen nada, se elevó en la entrada del área, tras un centro de “Edu”, y con un testazo letal venció al portero uruguayo Juan Castillo. Lo demás ya lo sabemos. La polera ploma del sayayin de nuevo a vista de los colocolinos, que no podían creer que por séptima vez Rivarola los clavara.

Mientras que los hinchas azules no paraban de correar el nombre del último gran ídolo azul ¡Rivaroooola! ¡Rivaroooola!… se escuchaba por todo el Nacional y sus alrededores. Momento Inolvidable.

“Probablemente ha sido el gol que más he gritado”, comentaba tras el partido Rivarola.

Muchos del plantel y el cuerpo técnico aseguran que este fue el encuentro que los terminó de convencer que estaban incubando  algo mayor, nunca antes visto en el fútbol chileno.

El resto del campeonato fue un trámite. Los Azules llegaron segundos en la etapa regular atrás de Universidad Católica, para quien el equipo le tenía una sorpresa guardada para el final.

En los play off el Bulla no tuvo mayores problemas. En cuartos despachó a San Felipe con un marcador global de 3-2.

La semifinal se veía más complicada. O´Higgins, el equipo dirigido por Ivo Basay, había causado buena impresión en la prensa deportiva y en general en las personas que lo habían visto jugar. En Rancagua el Romántico Viajero ganó por un 0-1. Pero en la vuelta se destaparon. 7-1 fue el expresivo marcador.

Ahora solo quedaba la final. Demostrar que lo hecho era gracias al trabajo, el sacrificio y el convencimiento de todo los que componen la U. No había otra opción. Era el título o nada.

Final de antología

Los cruzados buscaban el primer Bicampeonato de su historia, su décima primera copa en torneos nacionales,  además de  reconfirmar que el exitoso proceso de Juan Antonio Pizzi seguiría su senda.

Mientras que el Equipo Mágico tenía más hambre. Primero quería su décima cuarta estrella, ratificar el buen primer semestre y por supuesto vengarse de los cruzados por la final perdida -por penales- en el año 2005.

A las 20 Hrs. del 05 de junio, se jugó la primera final del apertura 2011. Fue un encuentro en donde los cruzados caballeros fueron superiores durante el encuentro. Expresión de esto fueron los goles de Tomás Costas a los 51’ y de Milovan Mirosevic a los 91´ con una lucida “palomita”.

Conmovedor fue ver el llanto de Felipe Seymour, quien ya estaba vendido al Genoa italiano, quien anhelaba dejar al equipo de sus amores como campeón de la primera parte del año.     

Esa fría noche mientras los jugadores de católica festejaban su inminente bicampeonato, en televisión era entrevistado Jhonny Herrera quien con cara de incredulidad miraba al periodista que le preguntaba por la pérdida del campeonato.

Super Boy lo miró fijo a los ojos y con la frontalidad que se le conoce le respondió: “No nos den por muertos. Somos la U”.

Esa frase hizo remecer a todo el pueblo azul, quienes  en el momento de ponerse  las entradas a la venta para el partido definitivo, no escatimaron  esfuerzos y dinero para agotar lo tickets en un par de horas. Esta situación aumento el hambre del cuadro de Sampaoli que vieron como su gente no los dejó, deja y no los dejará aunque “vayan perdiendo”, como reza la canción de la hinchada.

Los de Santa Rosa de Las Condes  llegaron el domingo 09 de junio al Estadio Nacional sintiéndose bicampeones, pero se les olvido su “mote” de segundones y que al frente estaba la Gloriosa.  Su llegada fue en bus adornado interiormente con serpentinas, chayas, gorros festivos, etc. Todo era una fiesta “pirula”. Totalmente diferente a como salieron del coloso ñuñoino.

Con una católica relajada el Cuadro Mágico salió desde el primer minuto a buscar el partido. Premio a esto en los 16´ minutos, Rodrigo Valenzuela comete una falta dentro del área, que Enrique Osses no dudó en pitar. Gustavo Canales se ponía frente al balón, mientras Christopher Tosselli lo miraba y trataba de adivinar donde “Gus” lanzaría el balón. Hulk no adivino y el ex River Plate corría con los brazos en alto a gritar con la hinchada el gol que habría la esperanza.

Los que somos del Bulla sabemos que nada se nos da fácil. Todo nos cuesta un poco más, así no fue extraño que Lucas Pratto, tras un mal despeje  de Marcos González, anotará el 1-1 a los 17’ devolviéndole la ilusión al cuadro dirigido por Juan Antonio Pizzi.

Pero los sueños del “Bi” murieron un par de minutos más tarde. Tras una falta de Jorge Ormeño, Charles Aránguiz agarra el balón, lo acomoda de la mejor manera y con su pierna derecha lo lanza al área enemiga. En un descuido Juan Eluchans  en el minuto 25’ envía la esférica contra su propio arco y nos devuelve el alma al cuerpo.

Minutos más tarde sería expulsado Tomás Costas por doble amarilla, provocando el desbarajuste total en el equipo del nacionalizado español.

En el segundo tiempo había un solo equipo y ese era la U. La presión era insostenible. En el complemento  Enzo Andía derribo a Canales en el área. Los mismos actores para una misma escena y el final se repite. A los 52’ “Gus” toma carrera… patea… y a celebrar al codo sur.  

Solo faltaba un tanto para lograr el histórico triunfo. Con dos “pepas”, el ex Unión Española quería más. A los 56´ y luego de desviar con un suave toque el tiro de Edson Puch logra su tercer gol y de paso dar vuelta la llave. Toselli por cuarta vez iba a buscar el balón al fondo del arco, mientras sus compañeros solo querían que la pesadilla acabara.

En los últimos minutos entró Rivarola para poner la guinda a este pastel que se veía tan lejano. El mendocino pudo estirar la cuenta, pero las cosas de la vida impidieron que una jugada terminara en gol. Su tiro pego caprichosamente en el palo izquierdo del ex seleccionado nacional sub 20, como queriéndonos decir: “calma muchachos; tanta alegría los puede matar”.  

Sonó el pitazo final y el carnaval comenzó. Del cielo caía la “14”. Éramos Campeones del Torneo de Apertura 2011, además de ser el único equipo que ha hecho cuatro goles en una final con la modalidad de play off.

Esa tarde Jhonny fue entrevistado nuevamente por la premonición que había lanzado en el primer duelo, en donde visualizaba que no estábamos muertos. Está vez el canterano, notablemente emocionado, solo atino a decir: “Esto es la U”.

Así un primer semestre que comenzaba con dudas, vacilaciones y desconfianzas, se trasformaba en lo que la gloriosa Universidad de Chile y su gente son. Un equipo que ante la adversidad se comporta de forma ilógica para el que no es seguidor de estos colores y lo normal para el fanático que entiende que esta camiseta no es valorada por títulos, estadios o pomposas contrataciones, sino por su incondicional amor a la camiseta. Se Pierda o se Gane.

 

La voz del hincha

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