El turno de “La Torre”

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Foto: Claudio Cáceres
Foto: Claudio Cáceres
La emoción de Morante en la primera celebración con la camiseta azul

Eduardo Morante volvió a vestirse de corto y, después de varios meses, disputar un partido completo. La historia del ecuatoriano en Chile no ha sido fácil, sin embargo todo indica que las cosas quieren cambiar. Tras el exitoso año 2011 de la Universidad de Chile, era previsible que muchos de los jugadores que conformaron el plantel que consiguió el bicampeonato y la Copa Sudamericana fueran tentados por las grúas europeas, y por qué no las sudamericanas, para continuar con sus carreras.

Sabida la partida de Eduardo Vargas al Napoli, las cabezas del cuerpo técnico estaban concentradas en armar un equipo potente que fuera capaz de pelear por todo lo que disputara. Igualmente, la cuota de intranquilidad la ponían los elementos salientes.

Luego de recibir una oferta del Flamengo de Brasil, Marcos González partía para ser parte del cuadro que, se dice, es el equipo más popular del mundo, con 30 millones de torcedores. Por si fuera poco, en ese tiempo Ronaldinho era el hombre fuerte del camarín del “Rubronegro”.

Así, la primera obsesión de Jorge Sampaoli fue conseguir un líbero que le diera la seguridad que mostraba “lobo de aire”, y que tuviera  la calidad para adaptarse al exigente esquema que practica el casildense junto a su cuerpo técnico. De esta manera, las anotaciones resultantes de las interminables horas de revisar videos, dieron al staff azul la respuesta a esta encrucijada.

En el norte estaba  la solución

morante-celeracion-emelecPocos se imaginaron que mientras González abordaba el avión con destino a Brasil, la mente de Sampaoli se encontraba evaluando una opción que estaba a  5886,9 kilómetros de Santiago. Guayaquil, la ciudad más grande y poblada de Ecuador, aparentemente tenía entre sus 2.526.927 de habitantes a la nueva apuesta para la zaga azul. Ahí el año 2010 el actual técnico del Romántico Viajero había sido sub campeón con el Club Sport Emelec, cuadro del que se trajo un buen recuerdo de un joven central.

Eduardo Javier Morante Rosas era la persona que “Don Sampa”  tenía entre sus planes para potenciar la zaga del cuadro de la U roja en el pecho. Con 24 años y un 1,88 mts. De estatura, “La torre” era el escogido para suplir la importante pérdida de Marcos González.

¿Currículum? Nada mal. Nominaciones a mejor central ecuatoriano del año 2010 y 2011, seleccionado nacional, buen juego aéreo y fortaleza en la marca. Además, su juventud lo hacía un jugador con proyección, entrando de manera perfecta en el plan de negocios de Azul Azul.

La llegada y el calvario

El trato fue por US$ 2 millones por el 80% de su pase, con una duración de cuatro años.

Con la expectación que provoca un desconocido, el 20 de enero Morante era presentado en el CDA, sumándose a Junior Fernández, Raúl Ruidíaz, Roberto Cereceda y a los repatriados Pedro Morales y Emilio Hernández.

El ex Emelec desde un comienzo llegó con gran optimismo al, en ese entonces, bicampeón chileno; señalando su agradecimiento hacia Jorge Sampaoli por pensar en él y reclutarlo en un club de rendimiento y éxito ascendentes.

Siete días después de su presentación, Morante hacía su estreno en sociedad en La Noche Azul. Aquella jornada pasó el examen con buena nota, ganándose el respeto de los asistentes, quienes vieron cómo la U empataba a un tanto con Nacional de Uruguay.

Sin embargo, el buen apronte duraría poco tiempo. Una rebelde lesión en su pierna derecha lo pondría en el ojo de las críticas periodísticas y de los seguidores azules. La dolencia lo tuvo fuera de las canchas por un par de semanas, situación que retrasó el debut en partidos oficiales.

El paso del tiempo determinó que el viernes 23 de marzo, fecha en la que el León se enfrentaba a Unión San Felipe por la novena fecha del Torneo de Apertura, el ecuatoriano aparecería como titular en el once azul.

Todo avanzaba de manera normal: el seleccionado del tri mostraba sus credenciales y pasaba de manera óptima su debut en partidos por los puntos. Por desgracia, lo peor estaba por venir.

eduardo morante se lesionaEl cronómetro marcaba los 45´ cuando, en una jugada intrascendente, el ex eléctrico se llevó la peor parte de una disputa de balón. La lesión recrudecía y aparecían los fantasmas. Los exámenes confirmaron que se trataba de un resentimiento en la cicatriz de la dolencia que lo había afectado anteriormente.

Las suspicacias no se hicieron esperar, y con razón. La U había pagado 2 millones de dólares por el 80% del pase, y su promisoria llegada de un momento a otro parecía convertirse en una pérdida de tiempo y dinero.

El historial médico del ecuatoriano hizo que las cosas se complicaran aún más. Por ejemplo, en febrero del 2011 sufrió una rotura fibrilar que lo alejó de las canchas por tres semanas, y en marzo de ese mismo año no pudo jugar la Copa Libertadores ante Jaguares, debido a que en un cotejo previo (ante Barcelona de Guayaquil) tuvo un desgarro muscular.

A tal punto llegó la desesperación por buscarle una mejora a la situación que el técnico azul pidió que se contrataran los servicios de  José Ernesto Amador, un “sanador” cubano que había trabajado con él en Ecuador.  Todo servía, no había nada que perder.

Tiempo de redención

El tiempo pasaba e incluso se especuló que Morante sería de la partida en uno de los partidos más importantes del primer semestre, ya que el mismo jugador había declarado estar listo para jugar con Boca en la semifinal de ida en La Bombonera.

Nada de eso sucedió, el ecuatoriano siguió ausente y la situación se mantuvo en idénticas condiciones durante varias semanas. La U levantaba el tricampeonato y Morante sólo se debía conformar con aplaudir a sus compañeros. Sin embargo, no hay mal que dure cien años.

La historia está fresca: segunda fecha del clausura, estreno de la U en el campeonato, “la torre” debutaba como titular. Los nervios parecían jugarle una mala pasada al androide más caro del ejército de Sampaoli; sin embargo un córner derivó en el primer gol de Morante con la camiseta azul. El impecable tanto de palomita era la catarsis que el moreno zaguero azul necesitaba, y así lo mostraron las lágrimas que derramó al arrodillarse en el pasto del Santa Laura, como agradeciendo al cielo que las cosas empezaran a cambiar.

Lo cierto es que comienza una nueva etapa para Morante: la de demostrar por qué llegó a la U. No sólo eso, sino que demostrar por qué llegó hasta Chile con la venia de uno de los técnicos extranjeros más ganadores que ha visto pasar este país.

De sus primeros 90 minutos en cancha se pueden sacar varias conclusiones. En primer lugar, que acarrea una falta de fútbol evidente, la que lo morante-celebracionhizo fallar en el timing en los dos tantos de la escuadra papayera. Luego es posible destacar que tiene cualidades físicas que lo hacen un defensa de temer: rapidez, altura, potencia y claridad de corte, aspectos que deberían ir mejorando conforme pase el tiempo.

Desde un aspecto táctico, se puede deducir que el zaguero ecuatoriano debería desempeñarse como el hombre del centro de la defensa azul, para poder así dejar a Rojas por la izquierda, puesto nato del actual capitán. Ahora bien, del ataque no se descarta, ya que su estatura lo hace ser el homólogo de Marcos González, jugador que gracias a su altura fue más de alguna vez un arma esencial para las pretensiones de la escuadra de Sampaoli.

Sí, el fin de semana recién pasado por fin se vio a Morante. Sin embargo, no se ha visto lo mejor de Morante; un jugador que en minutos mostró que quiere ir por más, para ser parte importante de lo que la Universidad de Chile pretende forjar. La gloria está en un largo camino, y el ecuatoriano jamás salió de él, sino que más bien se dio una pausa para poder seguir adelante con más fuerza, a sabiendas de que es mejor lento, pero seguro.

Escucha las declaraciones del plantel tras el nuevo debut goleador de Eduardo Morante

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Reportaje realizado por el staff de “Rincón del Bulla”, Jaime Herrera y Claudio Cortés

La voz del hincha

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