A albos y azules se les recordó ayer -por canales gubernamentales- la advertencia de Cristián Barra, de Estadio Seguro, de que no habrá carabineros disponibles para la realización de estas manifestaciones. La meta denunciada de personeros de Gobierno es «disminuir al máximo las posibilidades de que haya violencia en el fútbol». Por eso, con miras al Superclásico de este domingo, ayer hubo un verdadero operativo interno y sigiloso por parte de la autoridad con el objetivo de desactivar una instancia que se ha tornado tradicional -y peligrosa- antes de un partido entre azules y albos: el banderazo, aquella manifestación que hacen los hinchas en el último entrenamiento con el objetivo de «motivar» a los jugadores ante el más tradicional de los rivales.
Y las diligencias gubernamentales tuvieron éxito, porque tanto la dirigencia de la ‘U’ como la de Colo Colo se comprometieron ayer a no permitir la realización de ese ritual en sus recintos de entrenamientos (CDA y Monumental).
Claro que para lograr llevar adelante esta medida, que se anticipa generará polémica en la hinchada más dura, el Gobierno tuvo que utilizar argumentos de peso con Azul Azul y Blanco y Negro. De peso e incontrarrestables.
SIN CARABINEROS
En el Gobierno estaban conscientes de que no tenían facultades para impedir la realización de los banderazos, por tratarse de manifestaciones en recintos privados. Pero durante el día, a José Yuraszeck y Cristián Aubert (presidente y gerente general de Azul Azul, respectivamente) y Carlos Tapia (presidente de Blanco y Negro) se les recordó que la semana pasada, durante la reunión de presidentes de clubes santiaguinos realizada en la Intendencia, el jefe del Plan Estadio Seguro, Cristián Barra, advirtió que si un club permitía esa ceremonia, debía asumir que se realizaría sin apoyo de carabineros, «porque la policía no está para desviar su atención en estas manifestaciones que incitan a la violencia».
No es todo. A la U también se le advirtió que no le sería facilitado el Estadio Nacional para un último entrenamiento «si es que permiten el ingreso de los hinchas».
Azules y blancos entendieron el mensaje. Y se comprometieron a sofocar una instancia que el Gobierno veía como de «alto riesgo» previo al Superclásico.
Fuente: El Mercurio