Columna de Lamen: ¿posibilidad o utopia?

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Como solía decir el gran Eduardo Galeano: “Jugar sin hinchada es como jugar sin música”. Contextualizando esta cita en la realidad de la Universidad de Chile nos encontramos con la mitad de la sentencia consignada por el tribunal de la ANFP cumplida. Sólo queda un juego más de local sin público, otra bizarra e inusual jornada sin escuchar los cánticos de aliento a la escuadra azul. Pero, a sólo días

del término del veto es necesario proyectar el efecto de esta sanción y preguntarse si hará efecto o no. 

Quizás muchos de ustedes han visto el último aviso propagandístico circulante en el canal del fútbol promoviendo la calma y la no violencia de parte de los simpatizantes del cuadro laico, una campaña sin precedentes por parte de la dirigencia azul, quienes dentro de todos los errores evidentes que han cometido, tuvieron su acierto en esta iniciativa para poner por de una vez por todas un fin a los constantes actos de vandalismo inexorables en los últimos años.

Aquí no se está cuestionando la pasión y la devoción de nosotros los hinchas (porque primero que ayudante de esta pagina, soy hincha y seguidor de la ‘U’) quienes ayer prácticamente colmaron el estadio municipal de Collao en el primer encuentro oficial donde pudieron ver de cerca de sus ídolos. Aquí se cuestiona la racionalidad y el objetivo de aquellos que pagan su entrada sólo para insultar, destrozar y cometer actos que ni siquiera la ineficaz ley de violencia en los estadios ha podido evitar.

Estos “personajes’’ son quienes dan una mala imagen a la gente de Los de abajo. Quizás han olvidado cómo fueron los inicios de esta agrupación que ha dedicado un poco más de 2 décadas a alentar al equipo universitario, incluso desde la época del ostracismo en segunda división, pasando por el éxtasis de los  bicampeonatos 1994-1995 y 1999-2000 y la quiebra del año 2006. Es incuestionable que los tiempos han cambiado y que muchos de aquellos pioneros y mucha gente que otrora abarrotaba el estadio nacional han dejado de asistir al “Elefante blanco’’ debido a la creciente violencia traída por las nuevas generaciones.

Tal y como he visto en muchos fotologs y blogs, ha habido una cierta crítica a las características actuales y al accionar de algunos hinchas azules emitidas por los verdaderos seguidores del equipo, quienes van al estadio a cantar, apoyar, aplaudir y a corear el himno de la Universidad de Chile cada vez que el conjunto sale a la cancha. El odio hacia el rival, la choreza y, la intolerancia y  la efervescencia son las características repudiables y las cuales deben de una vez por todas desaparecer si se desea llegar a un objetivo común de retornar al público a los estadios criollos. Por lo menos, la última vez que revisé, una piedra, una pistola o un tablón arrojado a la cancha no le han dado a la Universidad ninguno de sus 12 campeonatos nacionales, pero sí le han dado reiteradas vergüenzas y sanciones que sólo dañan a la institución. Repito, sólo dañan a la institución.

Ya es hora de que se produzca una conciencia entre aquellos que llenan el codo bajo el marcador electrónico sólo para producir caos, quienes obviamente no son todos, ya que nunca es bueno generalizar, pero que claramente sobran en los tablones nacionales.

La sanción de 2 partidos de local sin público impuesta ha sido una iniciativa admirable por parte del tribunal de penas. Pero lo será más siempre y cuando se tome plena conciencia de que el único perjudicado es el equipo de la U en el pecho, y por más que suene como una frase trillada, el dinero que ha dejado de entrar en las arcas universitarias son un claro argumento para corroborar este dicho. Pero por otro lado, lo que mas preocupa de cara al futuro es qué tan lejos puedan llegar los altos dirigentes de la ANFP para erradicar la violencia, en particular en el recinto de Nuñoa.

Por citar un ejemplo, la temporada pasada, el club Holandés Feyenoord (Club al cual emigró Sebastián Pardo en 2002) fue descalificado de la copa de la UEFA debido a los incidentes protagonizados por sus hinchas en la ciudad francesa de Nancy, lo cual deja mucho que pensar en si un hecho de estas características podría darse en nuestro país con el equipo azul particularmente.

No se trata de dar ideas a quienes toman las decisiones en estos menesteres o de radicalizar la violencia en el deporte, sino asimilar que éste es un problema social y  si estas sanciones se dan en el futbol europeo, hay que considerar la determinación de los actuales (o futuros) dirigentes por desaparecer los actos barbáricos en el deporte más hermoso del mundo: El futbol.

Recordemos que la tendencia del buen chileno es ver más al patio del vecino que al propio…

La voz del hincha

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