Esta semana debería haber quedado zanjado el espinudo tema de la cesión de los símbolos por parte de la universidad a la administradora del club deportivo, pero no hay avances.
Federico Valdés, presidente de Azul Azul, intentó comunicarse con el rector de la Universidad de
Chile, Víctor Pérez.
No pudo ni saludar. Ni siquiera pasó el cedazo de la secretaria. La respuesta, pese a haber sido alumno suyo en la Facultad de Ingeniería, fue un frío "para cualquier cosa, comuníquese con el decano de la Facultad de Derecho".
El aludido decano, Roberto Nahum, ya es sabido, exige como piso para reanudar las conversaciones formales con la concesionaria que administra los destinos del club que Valdés renuncie a la presidencia de Azul Azul debido a sus nexos con una universidad privada (es vicerrector de la Universidad del Desarrollo).
"La situación está en manos del decano Nahum, y no me referiré a ella mientras no sea informado por él y el senado universitario. ¿Cuándo será eso? Más adelante", es la escueta respuesta que da el rector Pérez, aunque fuentes cercanas aseguran que "Nahum se extralimitó en la última petición".
"Pregúntenle a Azul Azul", contestó el decano.
"No tengo nada que decir de ese tema", agrega Federico Valdés.
Y siguen entrampados.
Fuentes al interior de la Escuela de Derecho aseguran que el conflicto debería estar zanjado en estos días (el plazo límite que se habían dado era octubre), y que el decano está esperando un llamado de Valdés para finiquitar el asunto y entregar, definitivamente -y por los próximos 30 años-, la autorización al club para que use el nombre y los logos de la Casa de Bello.
Hay un pero.
En Azul Azul consideran que no tienen que ser ellos los que reanuden las charlas. Ya conversaron una vez y no hubo avances. No están convencidos de que su timonel abandone el barco. Y lo seguirán defendiendo.
EXIGENCIA
Roberto Nahum, decano de la Facultad de Derecho, exige que quien esté en la presidencia de Azul Azul no tenga relación con otras universidades.