El charrúa dice que quiere un equipo metedor y con mucho carácter, lo que obliga a intensificar el trabajo físico.
Gonzalo Barreiro es uruguayo, pero gran parte de su carrera la ha hecho fuera de su país. A sus 51 años estuvo en Italia (Cagliari), México (Cruz Azul), Argentina (Gimnasia de La Plata) y el propio Uruguay (Peñarol). Experiencia no le falta y por eso entiende que el primer partido de la U en Copa Libertadores, fechado para fines de enero ante un rival mexicano, es un desafío que difícilmente tendrá al equipo en su posición ideal. "No se puede llegar al máximo nivel, y es una realidad. Es difícil empezar desde el principio con el máximo potencial. Recién al tercer y cuarto partido se llega al mejor nivel, pero de todos modos siento que el equipo llegará a buen nivel, listo para el desafío", dice.
Sobre la desventaja que eso podría significar a la hora de enfrentar a un cuadro mexicano, siempre potente en materia física, Barreiro dijo que "para mí, que he trabajado allá, eso es lo menos importante. Las diferencias físicas en el mundo son mínimas, y lo que debe preocupar con los mexicanos es que siempre van al ataque y que tienen una gran vocación ofensiva. Lo otro se puede manejar".
Sobre el carácter anímico que el cuerpo técnico buscará imprimirle a la U, el charrúa reconoció que la "intención de este cuerpo técnico es que sea un equipo metedor y protagónico. De ahí que la preparación física es vital porque debemos soportar la exigencia de ser un equipo grande, que siempre va al frente".