Pese a Puga y Colo Colo la U mantuvo el invicto

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Foto: Photosport
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Herrera, un factor clave

Rincón del Bulla estuvo en el Estadio Monumental para cubrir una nueva versión del súper clásico del fútbol chileno. En un partido extraño, con emociones por montón y lleno de polémicas, los azules lograron un heroico empate 2-2 en la casa del archirival. Se tuvo para ganar pero, finalmente, el empate no fue un mal resultado y la U mantuvo el invicto del Torneo y el invicto de visita durante el año. Una loca celebración del cuerpo técnico marcó la alegría que generó este empate.

Injusto primer tiempo: Universidad de Chile abrió la cuenta tempranamente. Un penal claro, para nosotros pero reclamado por los hinchas albos, a los 5 minutos dieron la ventaja a la U. Aránguiz se encargó de mandar el balón al fondo de las redes luego de la falta sobre Eduardo Vargas. Amarilla para Castillo por reclamar que traería consecuencias. Pero no sería todo. Cuando se abrió la cuenta se veía un bajón en los jugadores de Colo Colo, anímico, moral, sicológico. Claro, estaban en desventaja frente al mejor del Torneo y la U lo hacía notar. A pesar de no tener llegadas claras se veía que en cualquier momento los azules aumentaban. Pero llegó el minuto fatal. Falta de Aránguiz sobre Medel, cuando ambos fueron fuerte al piso, sin embargo el azul pisó al rival y se ganó la tarjeta roja. Terminando el primer tiempo vino la gran polémica. Falta de Osvaldo González sobre Gutiérrez (merecía la segunda amarilla) el arbitro dejó seguir y, tras centro de Wilchez, el balón rebota en la pierna del mismo González y le toca la mano, penal para el arbitro y roja para “Rocky”. Gol de Paredes, 1-1 y la U con 9.  


Cuesta arriba con 9:
el segundo tiempo estuvo marcado por la falta de 2 hombres en Universidad de Chile, más aún cuando esos hombres son claves en el esquema de Sampaoli. A pesar de eso, Colo Colo jamás tuvo claridad futbolística, ni menos pasó por arriba de la U, de hecho llegaba, obviamente por la superioridad numérica, pero nada que temer. El segundo gol albo se gestó tras una serie de rebotes que nadie despejó, centro de Jerez, mala salida de Herrera y Paredes gana el cabezazo. 2-1 y todo parecía mal, más aún, sabiendo que Colo Colo no fue un rival duro.

 
El factor Herrera: si bien es cierto en el segundo gol tuvo una mala salida, sin duda es el mejor arquero de Chile y nadie ya puede seguir negando eso. en el primer tiempo se mandó un atajada de antología tras tiro libre de Medel, igual a la de Brasil ante Flamengo o la del Nacional frente a Palestino. Luego despejó un remate de Paredes que iba al ángulo, se lesionó y siguió atajando. Además de soportar como hombre digno y fuerte las estupideces cantadas por los “hinchas” de Colo Colo. Un tapadón de bocas  para muchos técnicos, colegas y periodistas que, probablemente, hablarán más del error en el segundo gol que de su gran actuación. Un arquero que da seguridad.


Unas fieras:
no podía tener más razón Sampaoli. La U nunca dejó de atacar, jamás renunció a eso y aún con esos dos hombres menos fue el mejor de la cancha. Y fue así, con los constantes ataques, tal vez, a ratos, con más ganas que fútbol pero no dejó de atacar. Tanto es la insistencia del técnico por el juego ofensivo que incluso mandó a la cancha a Rivarola cuando nadie hubiera hecho lo mismo, más si no tuviera la convicción de ir a buscar más goles. Y fue así como llegó el empate. Minuto 102 (descuentos por la tontera de algunos colocolinos, lesiones, cambios, discusiones, etc) y un centro a la olla de Marcelo Díaz que es cabeceado por Molinas y la caprichosa pelota se coló ante la mirada impávida de Olivares (había sido expulsado Castillo), pegó en el palo e ingreso lentamente haciendo más lento el festejo azul.

Sampaoli, Sampaoli: cuando terminó el partido frente a Católica en la segunda final del apertura, muchos (me incluyo) alabábamos a Sampaoli y a su sistema de juego y muchos nos recriminábamos por haber desaprobado, aunque sea por cinco minutos, su contratación. Y si eso fue en el apertura, hoy muchos seguíamos haciéndolo. Un técnico ofensivo, que no renuncia nunca a su ley, que vive el partido como pocos y que hoy demostró que, además de alegrarse por sus logros, siente el color azul como un hincha más. Y no sólo él, sino su cuerpo técnico entero. Al entrar el balón en el segundo gol Sampaoli corrió por dentro de la cancha largos metros hasta caer en el rectángulo de pasto como un niño, mientras su ayudante Sebastián Beccacece se encaramaba en la reja para festejar con Los de Abajo, sin duda, unas fieras.

La voz del hincha

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