Los enemigos más cerca…

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Alegría en Ñuñoa; tristeza en Macul. Sonrisas en Ñuble; caras largas en Pedrero. Veintiún unidades en el Nacional; once en el Monumental. La “U” segunda, el Colo decimocuarto. Las estadísticas levantan la mano, trazando las distintas realidades de las dos instituciones más emblemáticas del balompié chileno, promediando la mitad de la fase regular del Apertura 2009. ¿Tendencias claras o simples circunstancias?

{mosimage}Por un lado, la Universidad de Chile arrancó con todo el 2009, safari internacional incluido: invicta en el certamen doméstico, marchando como el celoso y fiel escolta de la Unión Española, con un récord de seis euforias, tres conformismos y cero tragedias, más veinte abrazos y cinco lamentos.

En el césped, Marco Estrada, Miguel Pinto, Manuel Iturra y Emilio Hernández se alzan como los estandartes del cuadro de Markarían, quien dispone, jornada a jornada, de distintas oncenas, tomando en cuenta la inusual participación en Copa Libertadores.

Por el otro, Colo Colo sufre la resaca posClausura 2008, iniciando el campeonato con tres positivos, dos mediocres y cinco rojos, diecisiete “pepas” a favor e igual cantidad en contra. Si los Playoffs comenzarán hoy, la corona quedaría huérfana.

Con el esférico a disposición, Lucas Barrios y Cristián Muñoz brillan en la mediocridad alba, donde, parangón con la “U”, la inscripción en el torneo más importante de Sudamérica conlleva el uso de los “equipos B”.

Eso en el plano local.

El pensamiento generalizado nos llevaría a creer lo siguiente: el Romántico Viajero le lleva una amplia ventaja al último campeón, viéndolo desde el punto de vista de las pálidas y mudas estadísticas, de cara al Clásico del 19 de abril.

Sin embargo, con la experiencia reciente, donde Colo Colo se coronó tras algunas campañas buenas y otras mediocres, en cuanto a la fase regular nos referimos, ¿quién asegura un desenlace distinto?

Esta interrogante encuentra explicación en la participación alba en Copa Libertadores, donde las realidades de ambas escuadras son opuestas, empero, cercanas.

Los laicos, tras un positivo arranque en el distrito siete, incluyendo un valioso punto en Porto Alegre, colisionaron con Boyacá Chicó, con tres certeros balines (No de carabineros, menos mal…), dejando a los Azules terceros, con cuatro cifras, detrás de las seis de los verdugos colombianos, y las siete del cabecilla Gremio.

Los blancos, dubitativo debut ante Sport Recife de por medio, se recuperaron ante Palmeiras y Liga de Quito, para alcanzar la vanguardia de la zona uno, con seis unidades, junto a Recife, mientras los ecuatorianos sufren con tres, y Palmeiras, en blanco, cierra el cuarteto.

Jerarquizar una cita por sobre otra es una marca registrada de los Albos, lo cual, si se mantiene en la mira internacional, también importaría la Universidad de Chile.

Por eso la caída colocolina y el auge azul son simples circunstancias, las cuales serán inertes y estériles cuando el reloj marque la hora de jugar en serio, por allá en mayo.

Ejemplos sobran donde el resultado o rendimiento en la fase regular asegura poco y nada, cuando los enfrentamientos en los choques de ida y vuelta dan la espalda a la lógica:

Nada significan las tres victorias consecutivas de Católica ante Colo Colo, si en Playoffs los de Macul siempre se imponen a los Precordilleranos, como en 2002, 2003 y 2008.

Nada significó la victoria de tres goles a uno de la “U” ante Cobreloa el año pasado, si en Playoffs los Naranjas barrieron a los Azules, como en 2003, 2006 y 2008.

Quizás, nada significará el estrecho triunfo ante Unión, si los Laicos siempre caen en Playoffs ante los Hispanos, como en 2004 y 2005.

Mucho cuidado: de nada valen las posiciones, los goles convertidos, los rivales derrotados y el status logrado a través de diecinueve fechas, si en la sentencia estos argumentos son refutados.

Sería un error garrafal descartar, a esta altura del campeonato y con el sistema de competencia imperante, a Colo Colo como uno de los serios rivales de Universidad de Chile, o a la misma “U” como uno de los candidatos a ser el “Chile 1” en 2010.

Temprano se hablará de “crisis”, de “gran momento” y de “actualidades yuxtapuestas”, pero adelantémonos al pronóstico y descartémoslo.

El contrincante está vivo, hasta sentir el último vestigio de pulso vital.

La voz del hincha

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