Si Liga pudo ganar la Libertadores, ¿por qué la «U» no?

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Con la coronación de Liga Deportiva Universitaria de Quito como campeón de la Copa Libertadores, se abren las puertas a la teoría de que los equipos llamados “modestos” mantienen la tendencia de nuestra década (2000-2008) a alzarse con impensados triunfos fuera de sus fronteras.
¿Podrá Universidad de Chile sumarse alguna vez a estos conjuntos?

A través de los últimos años encontramos los más variados ejemplos, no sólo en Sudamérica, sino también en Europa.

Año 2000: El humilde Galatasaray de Turquía, el cual contaba con grandes figuras como George Hagi, Mario Jardel y Claudio Taffarel, derrotó al poderoso y favorito Arsenal inglés por penales, en la final de la Copa UEFA disputada en Copenhague, Dinamarca. Más tarde, el cuadro de Estambul le arrebataría la Supercopa del viejo continente nada menos que al Real Madrid de Vicente del Bosque.

2003: El Cienciano de Perú venció a los “millonarios” de River Plate, en la segunda edición de la Copa Sudamericana. Tras igualar a 3 “dianas” en el juego de ida en Argentina, los del Cuzco se alzaron con la primera copa internacional para el fútbol peruano, toda una epopeya, considerando que ni siquiera Universitario, Sporting Cristal o Alianza Lima fueron los pioneros en este menester.

El cuento de hadas continuaría, ya que los rojos derrotaron al año siguiente al némesis de los “banda sangre”, Boca Juniors, en la Recopa Sudamericana.

Hablando de los “bosteros”, con un plantel sin grandes nombres, más allá de la figura de Carlos Tévez, derrotó al ganador de la Champions League, el Milan, también por la vía de los doce pasos, en Yokohama, Japón. Toda una hazaña para los “Xeneize”, quienes tras saborear toda la gloria el año 2000 (Libertadores, Campeonato argentino e Intercontinental), parecía improbable que repitieran aquella marca, lo cual sorpresivamente lograron.

2004: El joven Once Caldas colombiano, equipo en el que jugó el ex azul Herly Alcázar, truncó las aspiraciones de bicampeonar de Boca en la Libertadores, tras vencerlo en la tanda de penales por 2 a 0, coronando como figura a su guardavalla Carlos Henao. En aquel certamen, los de Manizales dejaron en el camino a los brasileños Santos y San Pablo. Fue la segunda corona para el fútbol cafetero, tras el logro de Atlético Nacional en 1989.

En ese mismo año, el Oporto portugués, con un plantel repleto de jugadores que darían el salto a las mejores ligas de Europa (Deco, Maniche, Fernando Carvalho, etc.), más el adiestramiento de José Mourinho, se llevaron a casa la Liga de Campeones tras golear al Mónaco francés por 3 tantos a 0. En el camino al duelo final jugado en Gelsenkirchen, Alemania, “los dragones” eliminaron, entre otros, al Manchester United.

Fue una copa atípica, dado que las semifinales fueron protagonizadas por conjuntos “no tradicionales”, como el Chelsea y el Deportivo La Coruña.

2006: El Internacional de Porto Alegre, liderado por Rafael Sobis, se sacó la “mufa” de que su archirival Gremio tuviera en sus vitrinas la copa al mejor de América y ellos no: se interpusieron en el camino del San Pablo, campeón defensor del certamen, para dar la vuelta olímpica. En aquel cuadro destacaba la joven figura de Alexandre Pato, hoy deslumbrando en el AC Milán.

Para coronar un año espectacular, los colorados vencerían al que todos consideraban “el mejor equipo del mundo”: el Barcelona, en el Mundial de Clubes. Irónicamente, en el cuadro catalán decepcionó Ronaldinho, otrora ídolo del Gremio……

Finalizando el año, Pachuca, conjunto que militaba en la Segunda División mexicana en 1997, consolidó el eterno progreso del fútbol mariachi tras vapulear al rival de toda la vida de los azules, Colo Colo, en la final sudamericana, sorprendiendo a propios y extraños con un triunfo por 2 a 1 en el mismísimo Estadio Nacional. Fue el primer título de la Conmebol para un equipo de México, tras las finales perdidas por Pumas en 2005 y América en 2007.

2007: Arsenal de Sarandí, que subió a la máxima categoría del balompié trasandino en 2002 y jamás ha sido campeón nacional, coronó una gran campaña de visitante, sacando de carrera a colosos del continente como River y Guadalajara para levantar el trofeo de la última edición de la Copa Sudamericana. Como ya mencionamos, en el duelo definitorio triunfaron gracias a los tres goles de visitante que anotaron en la ida en el Azteca contra el América, a pesar de caer por 2 tantos a 1 en la vuelta.

Cabe destacar que los del viaducto no se impusieron en ningún encuentro disputado en casa.

2008: Liga Deportiva Universitaria de Quito (LDU) se llevó la Copa Libertadores de América, silenciando a las más de 80 mil personas que acudieron al Maracaná a alentar al favorito y mejor once del torneo, Fluminense.

Los pilares de la liga fueron Joffre Guerrón y su arquero José Cevallos.

De esta manera, se consolida el progreso del fútbol ecuatoriano, quienes tras disputar los dos últimos mundiales y avanzar a octavos en 2006, ven hecho realidad un sueño que ni siquiera Barcelona de Guayaquil pudo lograr: Ser llamados los mejores del continente.

Mientras la brecha económica entre los clubes se alarga cada vez más (como dije en la edición anterior, mientras nosotros compramos en miles de dólares, en Europa compran en millones de la divisa estadounidense), la distancia entre los “grandes” del continente y los “pequeños” (aunque ganadores en el plano doméstico) se acorta a pasos no agigantados, pero sí muy seguros.

Con sueldos pequeños, pero con HOMBRES más que NOMBRES, estos conjuntos han demostrado que se puede triunfar en un competitivo y globalizado fútbol del siglo XX.

Aquí el punto al cual quiero llegar: Si Once Caldas, Liga o Inter pudieron ganar la Libertadores, ¿Por qué la “U” no?

Es quizás el sueño más profundo para cualquier aficionado que lleve la camiseta laica y, dados los antecedentes, no suena como algo tan descabellado que algún buen día este trofeo decore las vitrinas del “Romántico Viajero”.

Si la salida a la bolsa se da con absoluto éxito, y se toman acertadas decisiones en el plano de refuerzos, no es paranoico creer que en un futuro no muy lejano el León pueda estar luchando codo a codo con los mejores de la región.

Esperemos que nuestros dirigentes se salgan del estereotipo del empresario deportivo: pusilánime y deshonesto. Y puedan plasmar estos objetivos en nuestra realidad institucional.

De todas maneras, todo depende de ellos, no sólo de los once que se paran domingo a domingo en el campo……

La voz del hincha

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